Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 13, 2-26

2 y que con él venía Lisias, su tutor y encargado de los negocios, cada
uno con un ejército griego de 110.000 infantes, 5.300 jinetes,
veintidós
elefantes y trescientos carros armados de hoces.

3 También Menelao se unió a ellos e incitaba muy taimadamente a
Antíoco, no por salvar a su patria, sino con la idea de
establecerse en el
poder.

4 Pero el Rey de reyes excitó la cólera de Antíoco contra aquel
malvado; Lisias demostró al rey que aquel hombre era el causante de todos
los males, y Antíoco ordenó conducirle a Berea y darle allí muerte, según
las costumbres del lugar.

5 Hay en aquel lugar una torre de cincuenta codos, llena de ceniza,
provista de un dispositivo giratorio, en pendiente por todos los lados hacia
la ceniza.

6 Al reo de robo sacríleg o al que ha perpetrado algún otro crimen
horrendo, lo suben allí y lo precipitan para su perdición.

7 Y sucedió que con tal suplicio murió aquel inicuo Menelao que ni
siquiera tuvo la suerte de encontrar la tierra que le recibiera.

8 Y muy justamente fue así, pues, después de haber cometido muchos
pecados contra el altar, cuyo fuego y ceniza eran sagrados, en la
ceniza
encontró la muerte.

9 Marchaba, pues, el rey embargado de bárbaros sentimientos,
dispuesto a mostrar a los judíos peores cosas que las sucedidas en tiempo de
su padre.

10 Al saberlo Judas mandó a la tropa que invocara al Señor día y
noche, para que también en esta ocasión, como en otras, viniera en ayuda de


los que estaban a punto de ser privados de la Ley, de la patria y del Templo
santo,

11 y no permitiera que aquel pueblo, que todavía hacía poco había
recobrado el ánimo, cayera en manos de gentiles de mala fama.

12 Una vez que todos juntos cumplieron la orden y suplicaron al
Señor misericordioso con lamentaciones y ayunos y postraciones durante
tres días seguidos, Judas les animó y les mandó que estuvieran preparados.

13 Después de reunirse en privado con los Ancianos, decidió que,
antes que el ejército del rey entrara en Judea y se hiciera dueño
de la
ciudad, salieran los suyos para resolver la situación con el auxilio de Dios.

14 Judas, dejando la decisión al Creador del mundo, animó a sus
hombres a combatir heroicamente hasta la muerte por la causa de las leyes,
el Templo, la ciudad, la patria y las instituciones; y acampó en las cercanías
de Modín.

15 Dio a los suyos como consigna «Victoria de Dios» y atacó de
noche con lo más escogido de los jóvenes la tienda del rey. Mató
en el
campamento a unos 2.000 hombres y los suyos hirieron al mayor de los
elefantes junto con su conductor;

16 llenaron finalmente el campamento de terror y confusión, y se
retiraron victoriosos

17 cuando el día despuntaba. Todo ello sucedió, gracias a la
protección que el Señor había brindado a Judas.

18 El rey, que había probado ya la osadía de los judíos, intentó
alcanzar las posiciones con estratagemas.

19 Se aproximó a Bet Sur, plaza fuerte de los judíos; pero fue
rechazado, derrotado y vencido.

20 Judas hizo llegar a los de dentro lo que necesitaban.

21 Pero Rodoco, uno del ejército judío, revelaba los secretos a los
enemigos; fue buscado, capturado y ejecutado.

22 El rey parlamentó por segunda vez con los de Bet Sur, dio y tomó
la mano y luego se retiró. Atacó a las tropas de Judas, y fue vencido.

23 Supo entonces que Filipo, a quien había dejado en Antioquía al
frente de los negocios, se había sublevado. Consternado, llamó a los judíos,
se avino a sus deseos, y prestó juramento sobre todas las condiciones justas.
Se reconcilió y ofreció un sacrificio, honró al santuario y se mostró
generoso con el Lugar Santo.

24 Prestó buena acogida a Macabeo y dejó a Hegemónides como
estratega desde Tolemaida hasta la región de los guerraínos.

25 Salió hacia Tolemaida; pero los habitantes de la ciudad estaban
muy disgustados por este tratado: estaban en verdad indignados por los
acuerdos, que ellos querían abolir.


26 Lisias entonces subió a la tribuna e hizo la mejor defensa que
pudo; les convenció y calmó, y les dispuso a la benevolencia. Luego partió
hacia Antioquía. Así sucedió con la expedición y la retirada del rey.